Por Natalio Gorín Fuente: Tango Siglo XXI
El tiempo va haciendo estragos. De la gran generación de bandoneonistas de los años 40’ y ’50, la de Aníbal y Astor Piazzolla, solo queda un grande: Leopoldo Federico. La idea, hacia atrás, coloca a Pedro Maffia y Pedro Laurenz (y tantos otros) en la que nace en los años ’20 y 30 .Por suerte para el tango, cuando se lo creía en la vejez, la generación de los ’60 y ’70 muestra cinco grandes exponentes, que son los que generan la fuerza motriz del vanguardismo y el reencuentro permanente con riqueza creada en el siglo pasado. Los cinco están hoy en su mejor momento como instrumentistas: Daniel Binelli. Néstor Marconi, Julio Pane, Walter Ríos y Dino Saluzzi (el orden es alfabético). No son los únicos, y por ellos debe entenderse por opinión y no por la única verdad. Otra generación, la que crece, estudia y encuentra en el bandoneón su pasión musical, la de los ’70 y ’80, es muy numerosa, algunos ya encontraron su lugar en el mundo: Horacio Romo, Marcelo Nisinman, Luciano Jungman, Walter Castro, Daniel Ruggiero, Federicoo Pereiro, Camilo Ferrero; el futuro será de ellos, y de otros; la especie bandoneonista está asegurada por los próximos 50 años.
De aquellos cinco en su momento pletórico, el que ha encontrado una línea/idea definida y personal de composición, es Binelli. En cuanto a Saluzzi, de obra también fecunda, es poco lo que ya queda de su afinidad tanguera (es confesión de parte): ni Buenos Aires ni el río de la Plata están en su temática particular. Binelli es a la vez, el que ha más lejos ha llegado (entre sus pares nombrados) en la interpretación piazzolleana. No solo visualiza las partituras originales, arriesga, las arregla, las ubica en el tiempo nuevo, tal cual hizo Piazzolla con la los temas de sus compositores preferidos que lo precedieron.
Se declara alumno de dos grandes maestros: Osvaldo Pugliese, como integrante de esa legendaria orquesta durante 10 años, y de Astor Piazzolla. En este último caso, es cuando cuanto lo atrapa la gran revolución tanguera, no solo a él , también a otros dos bandoneonistas que actuaban en esa orquesta: Juan José Mossalini y Rodolfo Mederos. A Pugliese, un grande en todo el sentido de la palabra, nunca le molestaron esos ideales de sus jóvenes músicos, al contrario, los alentó.
Binelli es uno de los pocos notables del instrumento que rescata la dimensión de Osvaldo Ruggiero, aquel que plasmó en el bandoneón el sonido “yumba” que pasaba por la mente de Pugliese. De esa fuerza interpretativa que tenían Ruggiero y Piazzolla está formado el ejecutante, y de los sonidos de Pugliese y Piazzolla (fue además su segundo bandoneón en el Sexteto, 1989) está hecho en parte este músico. El resto es propio, le pertenece.
Dos discos, uno de ellos todavía no aparecido en la Argentina (aunque en sus actuaciones en la Argentina se puede adquirir la versión USA), muestran el especial momento del compositor, director y bandoneonista. Este inédito en góndolas, se titula Tango Metrópolis y alude al espectáculo (ver www.tangometropolis.com) que Binelli con su quinteto y coreografía de Pilar Alvarez y Claudio Hoffmann han llevado por distintos escenarios del mundo. En este caso, la música apunta a toda la historia del tango y no solo a la vanguardia. Se recomiendan dos estupendas versiones de sendos clásicos, Taconeando (Pedro Maffia) y Mala Junta (Julio de Caro y Pedro Laurenz). El pasado con Pugliese, se apreciará en Binelli con el correr de las notas. En verdad, son dos obras de rancia estirpe, de autores fundamentales de la revolución decareana.
En el disco, hay tres temas que marcan el sonido autoral de nuestro personaje: Imágenes de Buenos Aires, Al pintor Aldo Severi, y Llamada de tambores, este último es otra incursión por el candombe, que ha seducido a Binelli desde sus inicios como director de sus conjuntos. De Astor Piazzolla se escuchan Allegro Tangabile (tema de la óperita María Buenos Aires nunca ejecutada en versión quinteto), Adiós Nonino y Libertango
La formación del Quinteto es la habitual de los últimos años, de ahí el afiatamiento logrado: Julio Graña (violín), César Angeleri (guitarra), Martín Keledjian (contrabajo), la actuación especial de Polly Ferman (piano) y por supuesto Binelli (bandoneón).
El otro disco, Tango Natural (ver ficha) daría la idea, por tratarse de un dúo, Daniel Binelli-César Angeleri, de un ambientación intimista en lo musical. No, imposible. Los dos tocan fuerte, en lo que significa riesgo, y no por sensibilidad amenguada. Ellos dicen que es una conversación entre amigos. Es cierto. Quienes los han visto actuar en vivo tienen la sensación de partituras tanto en los atriles como en las miradas que ambos se cruzan en forma permanente. Esta actividad en dúos de bandoneón y guitarra (también piano), Binelli lo viene realizando desde hace muchos años; alguna vez fue con Eduardo Isaac, otro exquisito intérprete, ahora es con Angeleri, quien se ha constituido en la guitarra más importante del tango en lo que va del nuevo siglo A veces, desde esta opinión, se le marcado ciertos deslices al samba brasileño a y otros ritmos caribeños. Es cuestión de gustos, quizá la facilidad de su digitación, quizá la búsqueda de otras sensaciones musicales. No lo hace mal, al contrario, pero se le entendería más a un carioca que a un argentino y tanguero.
Más allá de cualquier estimación, el paseo de Binelli y Angeleri por un repetorio piazzolleano (más un plus cubanísimo, ¡oh!) es una fiesta para los oídos. La sensación solista se la van prestando de a ratos, mientras uno toca el otro acompaña, hasta que los dos se lanzan al ruedo juntos y el resultado es una fiesta musical.
FICHA TÉCNICA
Título: Tango Natural. Sello: Random Records. Nº RR 782
Temas: La muerte del Angel, Verano Porteño, Chiquilín de Bachin, Triunfal, Jacinto Chiclana, Decaríssimo, Oblivion, Allegro Tangabile, Bandoneón, guitarra y bajo, Guapango (*) Todo temas de Astor Piazzolla, a excepción (*), de Paquito D’Rivera
www.randomrecords.com.ar