El bandoneonista y compositor se presentará este lunes, a las 21hs, en el primer concierto del Ciclo «Lunes de Paraninfo 2012». “Si la música es solo una manera de ganar dinero, recoger aplausos y asombrar a los otros, no sirve para nada”, opinó.
Autor: LL | Fuente: LT10 (Radiorevista)
Los lunes del Paraninfo ya son un clásico de la agenda cultural de la ciudad y la región. Cada año una programación variada se propone para los días lunes en el mítico espacio de la UNL, Bv. Pellegrini 2750. Este año los lunes de mayo a las 21, los amantes de la buena música podrán disfrutar de cuatro recitales incomparables.
Un mago del bandoneón como es Dino Saluzzi abre este ciclo 2012 junto a su Quinteto el lunes 7. Su bandoneón ha borrado fronteras entre la música popular y la música clásica. Desde su Salta natal se ha proyectado considerado uno de los próceres de la actual música contemporánea del mundo. Además del bandoneón, se suman Félix Saluzzi, en saxo y clarinete, José Saluzzi, en guitarra, Matías Saluzzi, en bajo y Quintino Cinalli, en batería.
Esa tarde, a las 14, Saluzzi brindará una charla abierta a todo público en el Foro Cultural de la UNL, 9 de julio 2150.
_ ¿Podría contarnos cómo fue el encuentro con el dueño del sello ECM? ¿Cambió su carrera musical a partir de aquel encuentro?
_ Fue una cosa impresionante porque fue una situación inesperada. Yo estuve mucho tiempo en Argentina sin tocar el bandoneón profesionalmente porque me dediqué a tocar el timbal. Pero a principios de los 80, con tres amigos (Horacio López, Matías González y Quique Sinesi) volví a agarrar el bandoneón y decidí preparar un repertorio que me diera un terreno más amplio para el uso del bandoneón. Antes yo utilizaba el bandoneón solo para tocar tango y folklore. Por aquellos tiempos escuchaba y estudiaba jazz, pero a mí no me salía más que esto que hago. A mí me salía un jazz medio tanguero y un folklore medio jazzeado. Por aquel año, vino un suizo que era presidente del Festival de Jazz de Berlín y me invitó a tocar con este grupo en el festival. Entonces, fuimos con este grupo. Para nosotros fue algo extraordinario. Me acuerdo que nosotros estábamos en el camarín y antes de nosotros era el turno de Areta Franklin. Cuando escuchábamos los aplausos para esta gran cantante, a nosotros nos temblaban las rodillas. Salimos tan nerviosos que tocamos a una velocidad increíble. Aparentemente, tocamos bien porque no nos dejaban bajar del escenario.
Luego de aquel concierto, aquel músico suizo me invitó a tocar con si Big Band de Jazz. Cuando saqué mi bandoneón, nadie entendía nada. Tuve que explicar varias veces la historia de este instrumento. Con esta Big Band tocamos en Noruega, en un festival de Jazz. Yo toqué lo que podía. Yo no fui a conquistar Europa; solo iba a ganarme el pan para mantener a mi familia. Recuerdo que antes del concierto me contaron que en el público estaba Keith Jarret y Garbareck. Cuando me dijeron esto, yo me agarraba la cabeza. Yo creo que no toqué bien aquella noche porque estaba muy tenso, muy nervioso. Por este motivo me fui a mi habitación y deje de mortificarme porque me dije a mi mismo que yo hice lo que pude. De pronto me llama uno de los músicos para invitarme a comer y yo no quería ir porque estaba medio deprimido. Pero en un momento reaccioné y me fui a tomar unos vinitos. Y en aquella cena se arrimó un señor, joven y alto y me dijo que le gustaría que grabe en su sello. Yo no sabía quién era este hombre. Hasta que mi compañero músico me dijo que era nada más ni nada menos que Manfred Eicher, el dueño del prestigioso sello ECM. Y desde aquel día somos amigos con Manfred Eicher.
_ Usted nunca imaginó lo que generó aquella presentación en Europa.
_No, hasta ahora no lo entiendo. Yo tomo a la música como un trabajo. Yo no voy detrás del aplauso, ni detrás del éxito. Mi trabajo es ser compositor, bandoneonista y músico.
_ Alguna vez dijo que la música no existe sin interpretación. ¿Podrías explicarnos que significa esta afirmación?
_Creo que lo que está escrito en el papel, es solo una guía. Cuando uno lee una partitura tiene que interpretar la cultura y los avatares de la vida del compositor. Hay que desentrañar lo que el compositor quiso narrar. La música es bella cuando está presente el dolor, la alegría y la tristeza que produce un ser humano que vive, come, llora, canta y pasa por la vida igual que los otros. Si la música es solo una manera de ganar dinero, un instrumento para recoger aplausos o una manera de asombrar a los otros y no para contar nada de lo que ha vivido, el intento no está logrado. Saber cómo los compositores de tango, folklore o chamamé sufrieron, vivieron y dejaron tesoros de un valor incalculables, es imprescindible para interpretar. La música es una sola cosa: un mensaje espiritual.
_ Por suerte el próximo lunes 7 de mayo vamos a poder disfrutar de tu música en el Ciclo Lunes de Paraninfo 2012. Una particularidad de tu grupo es que casi todos llevan tu mismo apellido.
_ Tiene mucho que ver con lo que les contaba sobre interpretar la cultura. Para mí va a sr un gran honor porque hace mucho tiempo que no voy al Paraninfo y ha pasado mucha agua bajo este puente. Espero estar a la altura de esta circunstancia.