Derecha: Zelmira Giantomasi, en su casa de Tolosa y a la izquieda, el marplatense Daniel Moreno
Diez años atrás Astor Piazolla le partió la cabeza a Bruno Pianzola. En ese juego de palabras con los apellidos, el primero motivó al segundo con su música para que se hiciera cargo de lo que le provocaba cada vez que sonaba un fueye. En su búsqueda musical interior Pianzola se encontró con un referente del bandoneón en La Plata: el maestro Juan Pablo Fredes.
Las primeras clases las tomó con un instrumento prestado y luego consiguió uno que dormía la siesta en un garaje de Mar del Plata. A los meses este estudiante de antropología andaba con la mochila y los libros; y el cajón con el bandoneón para todos lados.
Con el tiempo surgieron proyectos musicales como la orquesta de bandoneones «Ché bandoneón», «El Engrupe» (música rioplatense) y «El Clú» (guitarras, violín y bandoneón). El amor entre Bruno Pianzolla y el fueye iba en serio. Un ELA y un Doble A son sus nenes y depende si es tango o fusión cada uno tiene sus días para lucirse en las rodillas de este muchacho rubio de mirada tranquila.
En el 2009 el antropólogo y el músico Pianzola se fusionaron para darle forma a una idea que daba vueltas por su cabeza desde hacía un tiempo: acercarse a viejos bandoneonistas de la provincia de Buenos Aires, conocerlos en la intimidad y contar sus historias en relación a la música. Lo llamó Proyecto Fueyes y el trabajo empezó a tomar forma cuando obtuvo una beca del Fondo Nacional de las Artes.
Después de dos años de recorrer La Plata, Tandil, Mar del Plata y Trenque Lauquen grabando las interpretaciones de estos músicos con un estudio portátil y fotografiándolos puertas adentro, el Proyecto Fueyes se ha transformado en una muestra que se inauguró ayer, en el MUGAFO del Centro Cultural Islas Malvinas (19 y 51).
Historias del fueye. Martiniano Aberastegui, Villa Elisa, La Plata. Fue el primero en prestarse a grabar. Con este jubilado del ferrocarril de 76 años (recientemente fallecido) Bruno trabajó su historia de vida ligada al bandoneón. En Brandsen, Martiniano compró su primer bandoneón a los 18 años
A los 20 años ya había formado su primer cuarteto (Cuarteto Rodríguez Peña) cuya formación era: bandoneón, violín y dos guitarras. Con esta formación comenzó a trabajar en casi todas las localidades del partido de Coronel Brandsen: Loma Verde, Altamirano, Gándara, Las Mandarinas, Mataderos y Abasto. Trabajó en fiestas, compromisos, cumpleaños y casamientos.
«La barrera me permitió estudiar el fueye, tenía mucho tiempo tocaba seis horas por día, había un violinista, López, que vivía a cuatro cuadras y venía a tocar. Entonces ensayábamos y empezaban a parar los autos, hasta que en un momento salíamos y tocábamos para toda la gente de los autos que eran miles», le contó a Pianzola este bandoneonista y empleado del ferrocarril que trabajó en la barrera de la ruta que va de Brandsen a La Plata y La Ruta 2.
Bruno recuerda que la forma de tocar de Martiniano era suave y llena de matices. «Cuando tocaba tango, que siempre era de la vieja guardia (Felicia, el garrón), con la mano izquierda nunca dejaba de marcar con acordes el compás», dice.
Zelmira Giantomasi, Tolosa, La Plata. Aprendió a tocar a los cinco años. Su padre vendió dos terrenos en Berisso, donde ellos vivían, para comprarle un bandoneón. Le pagó un profesor pero le hizo prometer que nunca tocaría en una orquesta ni se iría de gira. Tal vez por eso Zelmira siempre toca sola, es decir, sin acompañamiento.
“Tiene una forma de tocar estridente, con mucha potencia y con mucho ritmo. ‘Yo toco estilo D’ Arienzo’, dice ella. Su conocimiento del teclado es de ciertos acordes abriendo y ciertos cerrando, por ejemplo si toca un acorde abriendo, su dominante lo toca cerrando. Aunque ella no es del todo consciente de qué acordes toca, toca de oído, los tangos los escucha en grabaciones y los va sacando”, la describe Bruno.
Carlos Giuletti, Barrio La Loma, La Plata. Comenzó a tocar a los 13 años, su tío era un profesor de bandoneón muy conocido, Américo Mitrano, que en esa época (año 1960) tenía 43 alumnos. Trabajó en YPF y se convirtió en técnico mecánico, de ahí su habilidad para arreglar y afinar bandoneones.
“Su forma de tocar es muy suave, lenta y melancólica, toca arreglos bastante complejos que le pasó Rodolfo Mederos en la escuela de Avellaneda y los toca con mucho sentimiento. Fue conmovedor entrar en su casa y escucharlo tocar en su intimidad. La melancolía que hay en el sonido de su fueye es la de muchos que pasaron casi una vida trabajando en YPF o en otras empresas estatales y que fueron abandonados en los noventa”, cuenta Pianzola.
Pucho Coralli, La Plata. A sus 72 años toca todos los fines de semana, ensaya y tiene diez alumnos. Tocó con Omar Valente con quien hizo nueve giras a Japón. Estudió con Francisco Salvaterra y luego ya en Buenos Aires con Mario De Marco, bandoneonista de Pugliese.
En el año 63 entró a la segunda Orquesta de las estrellas de Miguel Caló en la que estuvo once años y con la que hiz varias giras a Centroamérica. Toda una figura del fueye en La Plata.
Pachín Escobedo, Barrio Libertad, Mar del Plata. Nació en Santiago del Estero en un Paraje llamado Báez, Departamento de Ojo de Agua, pero vive en Mar del Plata hace más de cuarenta años.
“Pachín no lee música, es orejero, pero de mucha calidad. Es capaz de orejear variaciones de tango complejas como la de Recuerdo de Pugliese. Toca con mucha destreza y es para mí llamativo la capacidad para acompañar la melodía de la mano derecha del bandoneón con terceras de la mano izquierda, (la mano grave)”, cuenta Bruno.
Marta Ramos, Trenque Lauquen. Comenzó a tocar a los doce. Su padre era bandoneonista, violinista, compositor y director de su propia orquesta. El compró un bandoneón para su primer hijo, pero este no se enganchó; entonces esperó al segundo, pero tampoco le gustó. Finalmente, la pequeña Marta lo agarró a los doce años por su cuenta, primero jugando y después estudiando.
“Ella toca abriendo y cerrando el fueye, cosa que actualmente no es fácil de encontrar bandoneonistas jóvenes ni incluso en famosos”, dice Pianzola.
Daniel Moreno, Barrio Puerto, Mar del Plata. A los ocho años ya tocaba y trabajaba en sitios nocturnos para marineros. El Vesubio, 12 de octubre y Edison. Ahí ganaba lo mismo que sus compañeros que ya eran tipos grandes.
Tocó junto a Rubén Juárez varios años cuando el Negro iba a Mar del Plata. «Tiene un gran desarrollo técnico, toca obras de Piazzolla muy bien y además tiene una forma muy sentida de tocar en la cual se destaca la forma en la que hace el vibrato», cuenta Bruno.
Tatín Gardella, calle 7 «al fondo», La Plata. Tiene 85 y hace unos años atrás tuvo un accidente cerebrovascular que lo llevó a perder la memoria a tal punto que no reconocía ni a su mujer, ni a sus hijos, ni a sus nietos. Ni siquiera recordaba cosas básicas como usar los cubiertos para comer. Después de un tiempo y de mucho apoyo de su familia, comenzó a recordar cosas, a reconocer a sus familiares y empezar a manejarse solo otra vez. Fue en esos días que se dio cuenta que había algo que no había olvidado, y eso era la música. Si bien nunca recuperó la capacidad de leer o escribir ni música ni palabras ni números, Tatín pudo tocar el bandoneón como antes.
Juan Pablo Fredes, Los Hornos, La Plata. Tiene 73 años, nació en Tapalqué, pero se crió en Azul donde comenzó a tocar a los ocho años. Actualmente se encuentra totalmente dedicado a la fabricación de bandoneones. Ya desarrolló durante más de 6 años varios bandoneones chicos, para que den sus primeros pasos con el instrumente y ahora va por el grande.
Con sus alumnos formó una orquesta de Bandoneones «Che Bandoneón», de la cual Pianzola formó parte.
HOLA que lindo,quiero saludar a mi profe,marta ramos de trenque laquen,es una genia del bandoneon,y que me enseña rebien,y tengo trece años,me encanta,cariños,he participado en encuentros de bandoneon en rosario,y en mi ciudad.hace casi cuatro años que estudio ,y estoy rebien con ella.cariños.espero que se encuentre mi profe re bien
hola; quiero aprender a tocar el bandoneon pero no consigo a nadie que enseñe en mar del plata, saben de alguien para recomendarme? desde ya muchas gracias
hola soy el hijo del bandoñonista de city bell