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«Soy un tiburón de estudio»

REEDITAN DISCOS DE JUAN JOSE MOSALINI

El bandoneonista argentino radicado en París da su visión sobre el auge del tango en Europa.

Por:  Sandra de la Fuente
Fuente: ESPECIAL PARA CLARIN

INDEPENDENCIA «NADIE ME DICE COMO TENGO QUE TOCAR, NO HAGO MC DONALD’S DEL TANGO», DICE EL FUEYE. SE ACABAN DE REEDITAR CUATRO DISCOS: «IDA Y VUELTA», «LA BORDONA», «VIOLENTO» E «IMAGENES».

Cuando tres décadas atrás el bandoneonista Juan José Mosalini tuvo que exiliarse en París, llevó con él la memoria de su participación en las orquestas de José Basso, de Leopoldo Federico, Pugliese, Salgán y Piazzolla, entre muchísimas otras, junto con sus ideas sobre la posibilidad de un nuevo tango. Se había convertido en un profesional de la música a los 17 años, después de ganar el concurso Nace una estrella, organizado por el canal 13. 

El sello Acqua Records decidió reeditar sus discos. Ida y vuelta -con el flautista Enzo Gieco-, La bordona, Violento e Imágenes -en trío con el pianista Gustavo Beytelmann y el contrabajista Patrice Caratini-, documentan parte del trabajo desarrollado por Mosalini en las dos últimas décadas.

¿Tiene alguna idea de por qué reeditaron sus discos del trío y no los discos «Don Bandoneón», con Julio Cortázar y «Che Bandoneón»?

No pueden inundar el mercado con un tipo al que conoce su tía y dos o tres personas más. Tampoco se editó el del quinteto con Antonio Agri, que saldrá en un futuro.

¿Es o fue una preocupación del trío encontrar un lenguaje distinto al de Piazzolla?

Tuve ese tipo de preocupaciones en el año 70. Me volvía loco para encontrar un camino hasta que Pugliese me dio una clave. Habíamos armado el Quinteto Guardia Nueva con Binelli, una mezcla rara con bajo eléctrico y Minichilo tocando la batería. Le llevamos el disco a Pugliese y dijo que reconocía el esfuerzo pero que para él eran demasiados tachos. Le preguntamos cómo había resuelto él el problema del estilo y nos respondió que si tenía un estilo no se había dado cuenta, que lo único que hacía era laburar todos los días y que además, no tenía ningún problema en mirar para atrás porque no había nacido de un repollo. A partir de esa respuesta no me calenté más. Me pasa lo mismo que a Pugliese, y si lo estoy logrando es por pura prepotencia de laburo.

Habló de la batería, un instrumento ausente en su quinteto actual. ¿Por qué?

Yo adoro la percusión pero no quiero más ni bajo eléctrico ni batería. Al fin y al cabo, en el tango la percusión está sugerida constantemente y los instrumentos con los que uno está acostumbrado a tocar tienen muchísimos recursos para agregar percusión. La batería fue un momento de rebelión.

¿Hay mucho más tango en Europa que hace 20 años?

No; hay más Piazzolla. El tango, particularmente Piazzolla, entró en el mundo clásico. Yo acabo de grabar dos discos como intérprete para una orquesta sinfónica de Alemania. Se descubrió a Piazzolla y con él una faceta del tango que lleva a interesarse por otros compositores. La Misa Tango, de Luis Bacalov, no aparece de casualidad. París Tango que escribí más o menos en el 90 con Ferrer, es un homenaje a los poetas franceses, para orquesta típica, coro, mezzo y tenor y recitante. Son obras para el mundo clásico.

Desde aquí se habla de una moda del tango en Europa.

Pasa por la danza. Tengo el mismo trabajo de siempre pero ahora, cada tanto, me piden una pareja de baile. Como no me gusta cuando empiezan a levantar las patas y a mostrar el tajo, llevo una pareja no exhibicionista. No hago Mac Donald’s del tango.

¿Qué es el Mac tango?

14 parejas de baile, 700 chimeneas con humo, tocar muy rápido. No, eso no lo hago; nadie me dice cómo debo tocar. Por el resto, me llaman, me dan una partitura, defiendo mis honorarios y voy a grabar, ni me entero de en qué película aparecerá esa música. Soy un tiburón de estudio.

Sábado 23 Febrero 2008

 

Publicado en Notas/Artículos/Biografías

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